Desde su llegada al banquillo, Xavi Hernández sólo ha ganado uno de los siete partidos dirigidos en la Champions, con la impotencia como hilo conductor de un relato ya conocido. Reservado Gavi y con Kessié como ente extraño, Pedri se alejó del extremo para tratar de crear por dentro. Le tocó jugar diez minutos, tras haber reemplazado al portugués Deco, quien había marcado el gol del triunfo de Barcelona en el clásico catalán contra el Espanyol.