Dos canoas con más de 60 maoriés armados se aproximaron al barco, camisetas del barça ejecutaron una haka y les amenazaron de muerte. “Tupaia, que se temía que fueran a atacarnos, fue a proa y les habló diciéndoles que si les provocaban les podríamos destruir con facilidad. Por miedo a perder la costa de vista, Cook decidió adentrarse hacia el fondo de ese gran golfo y después de navegar por él unas doce o trece leguas echaron el ancla en lo que parecía un ancho estuario.